Tal parece que últimamente, mi familia, amigos y círculo social se
han puesto de acuerdo en cuestionar mi decisión de permanecer soltera.
Pero ¿Realmente es tan malo estar sola?
Ya sé, ya sé, mi abue siempre me dice que a mi edad ya tenía cuatro
hijos, atendía una casa y por supuesto tenía un amoroso marido a su lado
que la protegía.Yo me quedo calladita y sonrío, obviamente las cosas
en estos días son totalmente distintas. ¿ Marido? … ¡Vámos, que ni a
novio llego! y de los hijos, ni hablar; mira que apenas puedo
mantenerme sola.
La verdad es que a pesar de llevar un buen tiempo sin pareja, no me
siento mal por ello, ni mucho menos sola como todos me dicen; más bien
creo que he pasado a formar parte de la clase de mujeres que son
auto-suficientes que prefieren la independencia, antes de ir de la mano
de un hombre cualquiera que no nos complemente.
Soy de esas mujeres que al llegar a algún lugar, atrapamos las
miradas de inmediato, guapas, seguras, inteligentes, básicamente
realizadas; pero eso sí; sin pareja. De hecho ya me acostumbre a la
incómoda pregunta recurrente de cada reunión. “Pero ¿por qué no tienes
novio?” yo casi siempre me quedo callada, algunas veces por pereza a
explicar todo mi rollo existencial y otras tantas porqué a final de
cuentas, sé que todas mis razones les parecerían invalidas; así que
prefiero no gastar saliva y responder con un simple y típico ”Así es la
vida, ¿qué le hacemos ?” La realidad es que incluso yo, desconozco la
respuesta.
Tengo que ser sincera, hay noches en las que al llegar a casa y
sentarme sola en el sillón, me cuestiono por qué no tengo a nadie a mi
lado. ¿Es que realmente hay algo mal en mi o es que simplemente todos
los hombres están locos? Me toma un segundo recapacitar, por supuesto
que no hay nada mal en mí, por supuesto que soy capaz de despertar
fuertes sentimientos de amor. No me falta algún pretendiente enamorado
rondándome, ni halagos recurrentes. Pero entonces la pregunta cambia;
¿por qué no puedo enamorarme de ellos?
Creo que le he dado al punto; ocurre que he aprendido a valorarme y a
saber qué es lo que quiero de la vida. Ya no me conformo con las cosas a
medias ni con personalidades de bajas expectativas. Al ser tan exigente he dejado de encajar con el molde perfecto que buscan los hombres
actuales.
En definitiva no quiero ni puedo cumplir con los requerimientos de
las mujeres básicas, en realidad disfruto muchísimo ser tan diferente,
tan libre. Hace un tiempo un chico con el que salía término molesto
conmigo porque no podía dedicarle todo el tiempo que él esperaba;
obviamente, terminamos al poco tiempo, pero al cabo de algunos meses,
volví a hablar con él. Me dijo algo como esto:“Eres maravillosa, pero
no es fácil lidiar con una mujer como tú”
Tiene razón, no es nada fácil. Las mujeres de mi tipo tenemos una
personalidad tan definida, que no estamos dispuestas a cambiar nuestros
ideales por nada ni por nadie, ser rara se convierte
entonces en un halago, porque significa también ser una mujer
inteligente y de ideas claras; y no cualquiera puede con ello.
No pretendo juzgar a nadie, pero me parece que todas las mujeres
deberíamos tener claro que renunciar a tus ideales, es renunciar también
a tus sueños, que amar y estar en compañía es un precio muy caro, si
has tenido que renunciar a ti misma.
Por eso yo me uno a la premisa:
"Más vale sola que mal acompañada", pues la mejor compañía seremos siempre nosotras mismas.
( Laura.He)
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